¿Te has levantado alguna vez con cansancio, de mal humor o irritado?
El costo de dormir mal y/o dormir menos del tiempo necesario es alto ya que acorta la vida y puede causar diversas enfermedades, disminuir el rendimiento físico e intelectual y generar problemas de atención y de memoria.
Michael W. Young, genetista, biólogo estadounidense y ganador del premio Nobel de Medicina de 2017 junto a dos colegas, ha dedicado sus estudios a los trastornos circadianos del sueño y sostiene que dormir mal puede generar todo eso, alterar muchos ámbitos de la vida y dañar tu salud.
La tensión psíquica y emocional constante con la que vive la gran parte de la sociedad, la mala alimentación, las malas posturas cuando se duerme, el ruido excesivo, factores como el estrés y los malos hábitos pueden detonar y causar insomnio. La genética, anomalías anatómicas y funcionales, padecer ansiedad o depresión son además factores que aumentan el riesgo de padecerlo.
El insomnio más frecuente es el que aparece al comienzo de la noche, cuando hay dificultad para dormir y donde se acaba durmiendo tarde. La persona se suele levantar con sensación de cansancio o de no haber dormido.
Otra de las formas de insomnio recurrentes es la de despertarse por la madrugada, sea por el motivo que sea –necesidad de ir al baño, pesadillas, ruidos- y no poder volver a conciliar el sueño. También están las personas que logran dormir y a lo largo de la noche tienen varias interrupciones en el sueño, lo que provoca varios despertares.
Para combatirlo
Es recomendable descansar 7 u 8 horas, tener un horario regular para ir a dormir, mantener una buena alimentación y hacer actividad física para llegar más cansado al momento de ir a la cama. Consumir alimentos de fácil digestión y no comer en exceso durante la noche, tomar café, fumar o beber alcohol puede evitar alterar el sueño.
Tener cuidado con el uso de las nuevas tecnologías, especialmente con los teléfonos inteligentes debido a la claridad que tienen las pantallas táctiles por lo que es conveniente dejarlos de lado una hora antes de ir a dormir.
Disponer de un buen colchón y almohada, apoyarse en técnicas de relajación y respiración, controlar los pensamientos e intentar dejar de lado las preocupaciones pensando cosas agradables puede ayudar mucho.
Tener mucho cuidado con la medicación. Es necesario no medicarse con pastillas de venta libre sin antes recurrir a un especialista ya que estas pastillas pueden producir dependencia. Si no cambiamos de hábitos, es probable que el insomnio vuelva a aparecer.
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