El sábado una nena de 5 años apoyó su cola en una bomba de agua de una pileta que le succionó parte de los intestinos y se encuentra en grave estado de salud. El hecho ocurrió en Paraná, Entre Ríos.
Un niño de 4 años murió ahogado el jueves por la tarde en una colonia de vacaciones situada en Santa Fe, Villa Gobernador Gálvez. Un profesor y un guardavida intentaron reanimarlo pero no pudieron hacer nada, ambos podrían ser imputados por homicidio culposo.
Los dos casos movilizan y preocupan porque todavía no comenzó formalmente el verano y son casos que se reiteran por negligencia. Los daños por succión y ahogamiento se pueden evitar y son prevenibles.
Los chicos requieren de atención y especial cuidado porque cualquier distracción puede ser fatal. Es importante preguntarse si sólo dos personas pueden estar a cargo de varios niños y ser responsables de vigilarlos.
Todas las piletas de natación que tienen bombas de aspiración deben tener protección o una malla protectora que garantice la seguridad. De no ser así, no debe haber nadie dentro de la pileta mientras una bomba de agua esté en funcionamiento. Los filtros no deben tener contacto con el cuerpo de las personas.
Las piletas para ser seguras deben tener puertas que no sean de fácil acceso, tener instaladas una valla o cercamiento con un mínimo de 1,2 metros de altura para que los chicos no puedan traspasarlas y no tener cerca sillas o mesas que les permitan treparlas.
Hay que mantener además alejados los juguetes inflables, pelotas u objetos que puedan caerse para evitar que los chicos quieran recuperarlos.
Es recomendable que los chicos sepan nadar desde pequeños puesto que la natación es un ejercicio muy completo y podría servir también de prevención en caso de que caigan al agua accidentalmente.
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