Reflexión: Vida digital vs. Vida privada


Uno de los problemas visibles de la actualidad es la “hiperconectividad” debido a que la forma de manejarnos en la vida se está transformando continuamente. Algunos usuarios necesitan estar conectados mirando y/o compartiendo contenido porque sienten que si no lo hacen y se les pasan publicaciones importantes no existen. A este síndrome se lo conoce como Síndrome Fomo -fear of missing out-, es el miedo a perdernos algo importante.

Hoy es casi una obligación estar digitalizado para no quedar fuera del sistema porque el mundo está cambiando de manera acelerada y los trámites, turnos médicos y las formas de hacer compras son algunas de las acciones que están en completa transformación. Cada vez se requiere estar en contacto con la tecnología para poder subsistir. Aquellos que no tienen o no saben manejar un celular van quedando rezagados.

La protección de los datos es un tema que queda aún pendiente, el problema mayor es no poder resguardar la privacidad y poder minimizar un poco la creencia de que “si no tienes presencia digital no existes”.

En el libro “El imperio de la videovigilancia” de Ignacio Ramonet *, se menciona a las sociedades exhibicionistas, aquellas que reclaman el derecho a mostrar y exhibir su intimidad, donde el voyerismo, el exhibicionismo, la vigilancia y sumisión son comportamientos que sin duda emergen. “A esta pulsión escópica de mirar, de vigilar, de espiar, le corresponde, como contrapunto, su contrario: el gusto impúdico por exhibirse, que con el apogeo de internet ha conocido una especie de explosión a través de las webcams, sobre todo a partir de 1996”.

Que las redes sociales no te atrapen
La vida real es muy diferente a la digital. Hoy hay actividades y empleos que casi son imposibles de llevar a cabo sin el uso de Internet, sin embargo hay que poder salir de las redes sociales y vivir la vida sin mayores inconvenientes. Cada tanto el detox y distanciamiento de las redes sociales suele ser beneficioso, estar pendientes de no perdernos algo todo el tiempo, o en buscar cosechar likes, comentarios o shares, a la larga genera estrés y trae consecuencias negativas en la salud.

La revolución digital está cambiando la forma en como nos comunicamos y relacionamos. Actualmente compartimos muchos datos personales de manera consiente, o inconscientemente porque hemos aceptado las condiciones de alguna política de seguridad. Estamos caminando hacia un mundo donde la vida privada se va perdiendo, por esa razón debemos reflexionar sobre lo que hacemos en redes sociales, lo que publicamos y demostramos.

Hay que entender que es importante y necesario tener conocimientos y contacto con la tecnología para no quedar excluidos, pero también hay que tener mucho cuidado con lo que se comparte. Según la filósofa Hannah Arendt, en su libro “La condición humana”* el fin de la vida privada sería una auténtica calamidad existencial, significaría el fin del hombre libre”.

Fuentes:
* Arendt Hannah, La condición humana, Paidós, 2011.
* Ramonet Ignacio, “El imperio de la Vigilancia. Nadie está a salvo de la red global de espionaje“. Capital Intelectual S. A. – Ediciones Le Monde Diplomatique, 2016.

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